viernes, 4 de diciembre de 2015

Dicen que el tiempo lo cura todo...

He pasado noches enteras, mañanas, tardes. Anocheceres, y amaneceres. Tormentas, y días de calor insoportable pensando en quién tiene la culpa. Y lo único que he logrado fue que la herida siga sangrando, que siga ardiendo, que siga doliendo, y que siga abierta, intacta y vulnerable. Pero inmune al olvido. Como si la idea de querer olvidar, me hiciera recordar aún más. Y cada vez que trato de descubrir de quién fue la culpa, otra culpa nueva se come a la anterior. Así, una y otra vez. Y siempre hay culpa.
Culpa y dolor. Y la herida que sangra, y sangra. Como yo, que sigo pensando. Y en el afán de querer olvidar, mi memoria se fortalece. Pero ellos creen que el tiempo todo lo cura, que las paredes tapan todo, que guardan secretos   Y no es así.
Por lo menos no para mí. Porque ellos están enteros, aunque digan que sufren, que les duele, ellos están entero.

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